En la presente semana, hemos sido testigos de cómo el nuevo presidente de la Generalitat, en su primer acto oficial, visitó la sede de los Mossos d’Esquadra. Este acto, sin embargo, ha sido empañado por un preocupante incumplimiento de la normativa vigente, en particular, del artículo 4.2 de la Constitución Española y del artículo 4 de la Ley 39/1981, de 28 de octubre, que regula el uso de la bandera de España y otras enseñas.

El artículo 4.2 de la Constitución establece que «Los Estatutos podrán reconocer banderas y enseñas propias de las Comunidades Autónomas. Estas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales». De manera similar, la Ley 39/1981 exige que, en aquellas Comunidades Autónomas cuyos Estatutos reconozcan una bandera propia, esta deberá utilizarse junto con la bandera de España en todos los edificios públicos civiles situados en su ámbito territorial.

Lamentablemente, la conducta observada en este acto oficial se aparta de manera frontal y clamorosa de lo que establece la normativa. Este hecho resulta aún más llamativo tras la promesa de fidelidad a la Constitución que el presidente Illa realizó el pasado sábado. Es profundamente preocupante que una promesa de tal envergadura se incumpla de forma tan inmediata.

El respeto a la bandera de España no es un asunto menor; su relevancia va mucho más allá de su mera presencia física. La bandera simboliza el fundamento y los valores superiores de nuestra Constitución y, por extensión, de nuestro Estado de derecho. Además, rinde homenaje a la memoria de todos aquellos que, a lo largo de la historia, han contribuido a la construcción de nuestra nación.

Por todo ello, desestimar la presencia de la bandera de España en actos oficiales constituye un agravio que no solo atenta contra los principios constitucionales, sino que también representa una falta de respeto a la historia y a la memoria colectiva de nuestro país. Es imprescindible que las autoridades cumplan con sus obligaciones legales y que el respeto a los símbolos de nuestra nación sea una prioridad en todos los niveles de la administración pública.

Manuel Beas Quesada