Un nuevo conflicto internacional acecha nuestra economía. En esta ocasión son los hutíes los que amenazan, nada más y nada menos, que el 40% del tráfico de contenedores entre Asia y Europa, que navega frente a sus costas en el Mar Rojo. Esto ha forzado a que la danesa Maersk y la alemana Hapag-Llyod, los dos monstruos que dominan el mercado hayan tenido que suspender estas rutas marítimas, obligándolos a redirigirlas por el Cabo de Buena Esperanza en Sudáfrica, como comenta Amable Esparza, miembro de la Federación Mundial de Organizaciones de Ingeniería de la Unesco. Esto implica un altísimo incremento de costes, como el de la francesa CMA-CGM que desde el 15 de enero ha duplicado sus tarifas.
Todo esto viene provocado por la guerra civil yemení, en la que los hutíes, chiitas zaidis, están envueltos desde hace un decenio. Estos están respaldados por Irán, quienes se cree que los han formado militarmente y abastecen de armamento. Frente a ellos luchan una coalición internacional liderada por Arabia Saudita. En medio de este conflicto fratricida estalla la guerra entre Israel y Hamas, en el que Irán se posiciona junto al grupo terrorista. Los hutíes, que ya habían apoyado a los palestinos en ocasiones anteriores, se suman al bando extremista solidarizándose con ellos y declarando que mantendrán los ataques a los buques comerciales, hasta que Israel permita el acceso a Gaza de alimentos y medicinas.
En este complicado contexto internacional, lo que realmente se cuece es el dominio militar de la zona. Es una lucha entre el integrismo liderado por Irán y sus satélites, como Hezbollah, Hamas o los hutíes y el consorcio Americano Saudita. Por esto Los Estados Unidos y Reino Unido inician los ataques a posiciones hutíes, que llevan siendo bombardeadas sin excesivo éxito por los saudíes desde hace años. En realidad, lo que se pretende es que la guerra de Israel no se transforme en una campaña de ámbito regional, que desestabilice el precario equilibrio de fuerzas.
A la Unión Europea no le ha quedado otro remedio que sumarse a la operación lanzada por EEUU. Debemos tener en cuenta que es la principal afectada por los ataques a los buques, cuyo principal destino es Europa. Pero España no se decide a participar en la llamada operación Atalanta que lidera la UE, pese a que ostenta el mando de la fuerza naval europea EUNAVFOR, cuyo cuartel general se sitúa en la base de Rota.
No puede olvidársenos que el gobierno español está integrado por comunistas declarados, y que estos han reivindicado en numerosas ocasiones las reclamaciones de los terroristas de Hamas, a los que apoyan los hutíes. Por tanto, no es de extrañar que se niegue a participar en ataques a los terroristas que reivindica. Por mucho que estos afecten directamente a la economía nacional y a los bolsillos de los ciudadanos españoles. No sería la primera vez que los comunistas matan de hambre a su pueblo, no parece ser tampoco la prioridad en esta ocasión el coste de la cesta de la compra. Tanto es así, que los hutíes han agradecido al gobierno español, que este no participe en la defensa de los buques comerciales que estos atacan con drones y misiles de corto alcance. «Valoramos mucho la negativa de España a dejarse arrastrar por las mentiras norteamericanas y británicas en lo concerniente a la navegación marítima», declaró el viceministro de Asuntos Exteriores hutíe. Al igual que los terroristas de Hamas agradecieron a Pedro Sanchez sus declaraciones, “Apreciamos la postura clara y audaz del primer ministro belga, Alexander De Croo, que afirmó su rechazo a la destrucción de Gaza y al asesinato de civiles, y del español Pedro Sánchez que condenó las matanzas indiscriminadas del Estado ocupante contra civiles en la Franja».
Mientras las democracias occidentales se alinean para protegerse del integrismo radical, nuestro gobierno recibe las más entusiastas felicitaciones y agradecimientos de los terroristas islamistas. Esta es la postura oficial del gobierno español. Como ustedes comprenderán, a pocos foros de relevancia internacional vamos a ser invitados con estos mimbres. Sin hablar del peso que nuestras opiniones y nuestros intereses puedan alcanzar en el contexto internacional.
En clave interna, solo queda recomendar a las españolas que vayan pensando en empezar a taparse el cabello y cubrir su piel de impúdicas miradas. Los no heterosexuales, comiencen a buscar grúas con buenas vistas de las que ser colgados. Que los libreros se unan alrededor de las más altas piras en las que los libros serán consumidos. Cristianos todos, migrad prestos a países donde no seáis lapidados. Ni que decir tiene que los profesores pueden empezar a buscar trabajo, solo los coránicos podrán seguir ejerciendo. Es la España a la que nos dirige este gobierno social comunista, tan alineado con el terrorismo integrista.
Raúl Morales del Piñal de Castilla