2025: El año en que se nos cayó la careta del régimen
30/12/2025
Hay años que pasan.
Y hay años que pesan.
2025 ha sido uno de esos años que no se olvidan, no por lo bueno —que ha sido poco—, sino por lo que ha dejado al descubierto. Un año que comenzó con ciertas ilusiones, incluso con la ingenua esperanza de que algo cambiara, y que termina con una certeza incómoda pero ya imposible de ocultar: España está gobernada por el Ejecutivo más corrupto, opaco y autocrático de su historia reciente.
Este es el momento del balance.
El momento de mirar atrás sin miedo.
Y, sobre todo, sin autoengaños.
De Santos Cerdán a la cárcel: el principio del fin
Cerrábamos 2024 con Pedro Sánchez ratificando, sin rubor alguno, a Santos Cerdán como secretario de Organización del PSOE. Hoy parece casi una escena de humor negro. Porque apenas unos meses después, Santos Cerdán era detenido y pasaba más de 140 días en prisión.
No era un cargo menor.
No era un militante de base.
Era el hombre clave del aparato socialista, el que lo sabía todo, el que controlaba todo.
Su caída no fue un accidente. Fue la primera grieta visible de un edificio que ya estaba podrido por dentro.
Ábalos, Koldo, las tramas, y el silencio de Sánchez
A partir de ahí, la cascada fue imparable.
José Luis Ábalos, el todopoderoso ministro, el hombre que hizo presidente a Pedro Sánchez, quedó retratado como lo que muchos ya sabíamos: una pieza central de una red de corrupción sistémica.
A su lado, Koldo.
Más allá, intermediarios, comisiones, favores, colocaciones.
Y en el centro de todo, el silencio atronador del presidente del Gobierno.
Un silencio que no es ignorancia.
Es complicidad.
Porque nadie puede creer seriamente que Pedro Sánchez no supiera nada. Nadie. Y quien lo afirma, miente deliberadamente o participa del encubrimiento.
La familia del presidente: cuando el poder se hereda
Pero 2025 no fue solo el año de los escándalos del partido. Fue también el año en que la corrupción llegó al núcleo familiar del presidente.
La mujer de Pedro Sánchez, con su cátedra bajo sospecha, sus vínculos empresariales, sus viajes, sus contactos y una investigación judicial que nadie en la Moncloa logra explicar.
El hermano del presidente, con adjudicaciones inexplicables, informes de Hacienda avalados sin comprobaciones reales y declaraciones judiciales que rozan lo grotesco.
Todo ello acompañado por una defensa cerrada del PSOE, de sus ministros, de sus socios, y de una izquierda que ha decidido que todo vale con tal de no perder el poder.
El Fiscal General condenado y el estado de derecho en cuestión
Como si todo esto no fuera suficiente, 2025 pasará también a la historia como el año en que el fiscal general del Estado fue condenado.
Un hecho gravísimo.
Una anomalía democrática.
Una humillación institucional.
Y, aun así, no dimitió.
Porque en el sanchismo dimitir es un signo de debilidad, y la vergüenza hace tiempo que dejó de formar parte del vocabulario político.
Abusos, silencios y el feminismo de cartón
Este año también se ha caído el mito del “PSOE feminista”.
Abusos sexuales, comportamientos impropios, denuncias internas, silencios cómplices y un partido más preocupado por tapar el escándalo que por proteger a las víctimas.
El feminismo oficial ha demostrado ser puro marketing ideológico.
Mucho discurso, mucha pancarta, y cero coherencia.
La izquierda sabe que es corrupto, pero le da igual
Lo más grave de todo no es solo la corrupción.
Es que la izquierda lo sabe.
Saben que estamos ante un gobierno corrupto.
Saben que las instituciones están degradadas.
Saben que el Estado de Derecho está en riesgo.
Pero siguen apoyando a Pedro Sánchez por miedo.
Miedo a perder el poder.
Miedo a un gobierno alternativo.
Miedo a Vox.
Miedo a que se les acabe el chiringuito.
Porque para el separatismo, para los herederos de ETA y para la izquierda radical, España debe ir mal para que ellos sigan mandando. Y Pedro Sánchez es la garantía de que nada mejorará.
El papel del PP: oposición tibia, complicidad silenciosa
Y en medio de todo esto, un Partido Popular que demasiadas veces actúa como el mejor aliado del PSOE. Pactos, silencios, medias tintas, complejos y una incapacidad crónica para liderar una alternativa clara.
Cuando la historia exija responsabilidades, no bastará con decir “yo no estaba”.
Un gobierno autoritario y medios comprados
2025 ha sido también el año de la colonización mediática definitiva. Subvenciones, publicidad institucional, amenazas veladas y una prensa mayoritariamente rendida al poder.
Un periodismo domesticado.
Un relato único.
Una verdad perseguida.
Frente a eso, algunos hemos decidido no callar.
2026: Seguiremos fieles a la verdad
El año que comienza no será fácil.
Pero sí será claro.
En 2026 seguiremos haciendo lo mismo que hemos hecho hasta ahora: decir la verdad, caiga quien caiga. Sin miedo, sin complejos y sin pedir permiso.
Porque la verdad no se negocia.
Porque España merece algo mejor.
Y porque rendirse no es una opción.
Feliz año nuevo.
Javier García Isac
