La Plaza de la República Dominicana fue escenario del atentado más sangriento del terrorista De Juana Chaos. Ese fue el lugar elegido miles de ciudadanos para rendir homenaje a las víctimas tras la excarcelación del asesino y donde la Fundación DENAES instalará el monumento que ha presentado este lunes, con el que pretende «dar testimonio de lo ocurrido frente a la claudicación del Gobierno ante un chantaje».
(Libertad Digital) La Fundación DENAES para la Defensa de la Nación Española presentó este lunes el boceto del monumento a las víctimas del terrorismo que prevé instalar el próximo otoño en la Plaza de la República Dominicana de Madrid. El acto contó la presencia de Santiago Abascal, presidente de DENAES; el colaborador de Libertad Digital Amando de Miguel, sociólogo y patrono de honor de la Fundación; Pedro Requejo, escultor autor de la obra y Manuela Lancharro, hermana de uno de los guardias civiles asesinados por la banda terrorista ETA en 1986 en la Plaza de la República Dominicana.
Abascal explicó que la idea surgió tras la excarcelación del etarra De Juana Chaos, cuando el patronato de la Fundación decidió tomar la iniciativa para “poder dar testimonio de lo ocurrido frente a la claudicación del Gobierno ante un chantaje” en forma de monumento permanente en la República dominicana.
El presidente de DENAES destacó que la escultura se ha financiado a través de una cuestación popular que consideró el “mecanismo idóneo” para reflejar el carácter espontáneo que tuvo el homenaje de los ciudadanos a las víctimas en la plaza de la República Dominicana. En total, explicó Abascal, se recaudaron 57.870 en un total de unas mil donaciones.
Abascal subrayó las tres ideas fundamentales que sustentan esta iniciativa de DENAES. La primera es la “identidad entre víctimas y nación” porque las víctimas “mueren por ser españoles” ya que ETA es una organización terrorista nacionalista cuyo objetivo es “la destrucción de la nación española”. Y destacó como el pueblo español entiende la “potentísima relación” entre víctimas y nación que se plasmó en las últimas movilizaciones contra la negociación con ETA en las que la bandera y el himno nacional fueron protagonistas.
En segundo lugar, Abascal indicó “la vigencia del espíritu de Ermua” que si bien “no está presente en las instituciones” sí sigue vigente en el pueblo español e incluso “ha mejorado con el paso de las años” ya que lo que en principio fue una reacción “desesperada” contra el asesinato de Miguel Ángel Blanco hoy se ha llenado de contenido. Como ejemplo señaló la Ley de Partidos y el Pacto contra el Terrorismo y lamentó que el Gobierno haya abandonado este espíritu. Por último, Abascal destacó que lo ocurrido durante los días posteriores a la excarcelación del etarra refleja “el espíritu de la nación que surge e los momentos difíciles”.
El autor de la obra, Pedro Requejo, señaló por su partes que la escultura, que sobrepasará los tres metros de altura, refleja “el espíritu de la nación y sus atributos que tienen nombre femenino: igualdad, fraternidad, esperanza y libertad”. Requejo explicó además que en la obra se “despliega una bandera como símbolo de la nación española, hace un receptáculo para recoger a sus víctimas heridas, muertas, y aceptarlas como suyas”.
Amando de Miguel resaltó la “intención política de este monumento, que recordará a las víctimas que se convertirán en héroes anónimos tras ser víctimas vergonzantes” y el hecho de que la iniciativa se haya financiado por suscripción pública en tiempos en que todo pasa por el filtro de las instituciones.
Manuela Lancharro agradeció la iniciativa y reconoció que ella, como todas las víctimas, se sintió “muy reconfortada y arropada” por la reacción popular contra la excarcelación del etarra De Juana. En nombre de la AVT, Carmen Miranda, transmitió el apoyo de esta organización a la iniciativa de DENAES.
Altura aprox…. 310 cm
Anchura aprox…. 220 cm
Fondo aprox…. 300 cm
Pesos aproximados:
Escultura bronce…… 1.300 kgrs
Pedestal 3.000 kgrs
La Fundación DENAES explica así el significado de la obra:
Es una escultura monumental de bronce de planta ligeramente triangular, en su vértice se representa a la libertad que se eleva y avanza acompañada por el vuelo de aves en su vestido que denota su esencia, el anhelo de todos los hombres de dignidad y justicia. La representamos joven con el pelo al viento, gritando su nombre, o tal vez ¡España!, mientras despliega y arrastra una bandera española, (reconocible por el tono de la patina y el modelado del escudo) símbolo de la Nación. Entre la Libertad y el pueblo, arropados por el vuelo de la bandera, sostenidos por ella, casi surgiendo de entre los pliegues dos personajes recogen a una víctima del terrorismo. La bandera ondea y en su movimiento se transforma, genera, envuelve y descubre el pueblo español, desplegado en una manifestación que recordarán a la gente anónima, pacífica, pero firme en sus principios y dispuesta a defender su libertad. Todo el conjunto aparece como un bloque levantado del suelo a 1.10 m. Al aislarlo del suelo se acentúa la sensación de bloque, de unidad, de firmeza, y al mismo tiempo se dignifica, se eleva el conjunto y se refuerza. La ida de Libertad y de la Nación irradian, salen fuera y superan sus dimensiones. Debajo un pedestal de granito en cuyos lados figuran dos placas de bronce con un texto en reconocimiento de las víctimas.
