Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española hay que recordar que una de las finalidades más importantes tanto del Ministerio de Relaciones Exteriores como del Ministerio del Interior es la defensa de la soberanía nacional


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Tras la, ya mencionada desde DENAES, conversación mantenida por el Ministro de Exteriores del Reino de España y el consejero de “Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia” (sic) de la Generalidad de Cataluña, el pasado día 10 de diciembre tuvo lugar la presentación de una campaña contra el narcotráfico presentada conjuntamente por los ministros del Interior marroquí y español.

Si la conversación entre los representantes de la cartera diplomática de España y Cataluña no tiene sentido —por no hablar de la existencia de una consejería en Cataluña dedicada a “Asuntos Exteriores”— al tratarse del trato entre una región española y el gobierno central, las declaraciones del ministro del Interior plegándose ante las reivindicaciones marroquíes tampoco han lugar.

La nota de Interior que daba la información de la operación antidroga se fecho en “Dakhla, Marruecos”, así como habla de un pesquero interceptado “en la costa marroquí de Dakhla”.

Dakhla es la antigua Villa Cisneros, una población del Sáhara Occidental, antes Sáhara español —provincia española entre 1958 y 1976— y actualmente un territorio no autónomo cuya potencia administradora es España, aunque se encuentra ocupada por Marruecos desde la infausta Marcha Verde. Villa Cisneros fue el lugar donde en 1885 se levantó el primer fuerte en el Sáhara y la última plaza en la que se arrió la bandera española en 1976 tras el Acuerdo Tripartito de Madrid.

En sus declaraciones, el ministro Zoido se refirió a la operación en la costa de Dakhla como una operación realizada en las “aguas jurisdiccionales” de Marruecos. Siendo las aguas jurisdiccionales las aguas que bañan las costas de un Estado, estaría así reconociendo el territorio ocupado por Marruecos como marroquí, negando no sólo los derechos que tiene España sobre ese territorio sino los deberes sobre el mismo.

Marruecos es la única amenaza explícita a la soberanía española, pues lleva reivindicando como territorio propios no sólo el Sáhara Occidental sino también Melilla y Ceuta (cuya soberanía es Española desde el siglo XV y XVII) o Canarias, así como las plazas de soberanía de España en el norte de África. Y todo ello teniendo en cuenta que ninguno de esos territorios se encuentra bajo la protección de la OTAN —hay que recordar que Gibraltar sí es territorio OTAN, con todo lo que ello implica—. Ya en la Guerra de Ifni en 1957-58, Estados Unidos veto el uso de las armas americanas a España mientras vendía armamento a Marruecos —y eso aun habiendo firmado en el 53 el acuerdo que dio pie a las bases americanas—.

El ministro del Interior haría bien en no perder de vista la historia reciente de España y los desafíos que a su soberanía se le vienen presentando, tanto en Cataluña como en Ceuta y Melilla. Que haya que tener buenas relaciones con Reino Unido o Marruecos no ha de significar en ningún caso olvidar los intereses de España.

Desde la Fundación para la Defensa de la Nación Española hay que recordar que una de las finalidades más importantes tanto del Ministerio de Relaciones Exteriores como del Ministerio del Interior es la defensa de la soberanía nacional. Tanto en sus relaciones con otras soberanías como ante aquellos grupos que desde el interior quieran suplantarla.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española