La exigencia intolerable de la Radio Televisión Vasca de «retomar inmediatamente» la emisión de sus contenidos en eusquera normalizado en Navarra, constituye un ejemplo del ímpetu imperialista que los separatistas ponen en sus aspiraciones de alcanzar su idealizada Euskal Herria


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Sin duda alguna, resultaría ocioso explicar a nuestro lectores la importancia de la televisión en las sociedades democráticas. La audiencia televisiva, isomorfa con los ciudadanos que disponen de derecho al voto, conforma sus ideas a través de lo que dicen en debates, informativos y entrevistas los «creadores de opinión», quienes a su vez ajustan sus contenidos a los gustos de la audiencia, por mera cuestión de supervivencia, de la ley de la oferta y la demanda, incluso fabricando telebasura favorable a sus intereses e ideologías si es necesario. Hecho de sobra conocido por todo tipo de partidos políticos, incluyendo a las sectas separatistas que aspiran a destruir la Nación Española. Así, la existencia de televisiones autonómicas, representando el papel de instituciones características de entes dotados diríase que de vida política propia al margen de España, ha servido para conformar una masa considerable de ciudadanos que, a fuerza de volverse vascos, catalanes, gallegos o valencianos, han ido dejando de ser, cuando menos en sus proyectos y acciones, españoles, bien mediante la normalización lingüística en lenguas vernáculas de laboratorio, bien a través de la enajenación que provoca semejante delirio ideológico, que remonta el origen de sus fabuladas naciones a la noche de los tiempos. La televisión es sin duda un termómetro de la fractura de la Nación Española.

Esta misma semana hemos tenido noticia de las protestas formuladas por el Consejo de Administración de la EiTB (Radio Televisión Vasca), a propósito del hecho de que ETB (la Televisión Vasca), ha dejado de emitir en Navarra, en cumplimiento del expediente sancionador promulgado por el Ministerio de Industria del Gobierno de España, orden que se hizo efectiva el pasado 5 de Mayo, y cuya ejecución consistió en apagar la señal de la emisora televisiva en las instalaciones de El Perdón, Ioar y San Cristóbal, destinadas a proporcionar cobertura de la emisora en el territorio de la Comunidad Foral.

El motivo: la denuncia formulada el pasado mes de Marzo de 2015 por el gobierno de Unión del Pueblo Navarro, y que al parecer el actual gobierno proseparatista de Paloma Barkos, en coalición con Bildu y Podemos, no retiró hasta el 20 de Abril de este año (cuando ya se iban a aplicar sus efectos) porque, arguyen, jamás tuvieron conocimiento de la misma hasta que el Ministerio de Industria ordenó la aplicación de medidas cautelares sobre las emisiones de ETB en Navarra. La propia Delegación del Gobierno en Navarra ha reconocido la «ilegalidad manifiesta» de las emisiones de ETB en la comunidad foral, denunciadas no sólo por el anterior gobierno de UPN el pasado marzo de 2015, sino también por un particular en diciembre del mismo año, pese a que en el año 2009 el gobierno vasco del socialista Francisco López y el gobierno foral navarro del miembro de UPN, Miguel Sanz, firmaron un convenio para autorizar las emisiones de ETB en la comunidad foral.

Como es obvio, toda la fuerza que es capaz de movilizar el separatismo vasco en contra de la Nación Española ha caído sobre el Ministerio de Industria, así como sobre los miembros del anterior gobierno de UPN. En un comunicado que el Consejo de Administración de EiTB aprobó el pasado 10 de Mayo por abrumadora mayoría y con carácter de urgencia, se insta al Gobierno Vasco, al Gobierno de Navarra y al «Gobierno del Estado español» [sic], a solucionar «el grave daño causado por el cese de las emisiones de ETB en Navarra». En dicho comunicado se afirma, con el mayor de los cinismos, que «el apagón televisivo impide a la ciudadanía navarra disfrutar de la pluralidad informativa, un componente esencial de toda sociedad democrática. Tampoco recibirán en adelante los programas en euskara difundidos en ETB1 y ETB3, este último especialmente dedicado al público infantil». Y es que, según estos corajudos defensores de las libertades democráticas, la ETB «ha favorecido durante años la cohesión social, respetando la diversidad lingüística, ideológica y cultural de la sociedad navarra» [¡sic!].

Auténtico doblepensamiento orwelliano: como bien reconoce el propio comunicado, ETB representa el ejemplo más crudo, junto a la catalana TV3, de inmersión lingüística en una lengua vernácula como el eusquera, cuando menos a través del canal ETB1 y de ETB3, la primera emitiendo desde 1983, y fabricando basura televisiva siempre a favor del separatismo vasco y del presunto «hecho diferencial» de una Navarra que siempre ha tenido un papel destacado en la Historia de España y nunca dentro de una ficticia nación vasca; no por casualidad defienden en su comunicado que ETB tiene como objetivos «la difusión de la cultura vasca, teniendo muy presente el fomento y desarrollo del eusquera, por lo que la oferta en esta lengua a través de sus distintos canales se debe facilitar especialmente en los territorios que conforman la geografía del eusquera, lo que histórica y culturamente se conoce como Euskal Herria [sic]». De este modo, el apagón «cercena el derecho fundamental a elegir libremente ETB como medio de comunicación próximo que sirve a la normalización del eusquera [sic]».

Y es que al parecer la decisión ministerial «rompe el principio de ocupación pacífica del espacio radioeléctrico [¡sic!] que se había preservado más de veinte años y que ha guiado todas las actuaciones en las emisiones de ETB en Navarra». Es decir, que ETB pasaba por casualidad por el «espacio radioeléctrico» de Navarra y, como hasta ahora nadie alzaba la voz, seguía emitiendo en eusquera normalizado y fabricando telebasura para seguir adoctrinando y ocupando más y más espacio… Canales vascos que, por cierto, pese a verse en Navarra, el País Vasco Francés o incluso en La Rioja, apenas tienen audiencia, más que en lo que a los contenidos deportivos, como el fútbol, se refiere: ¿quién va a querer ver una televisión expresada en el eusquera de laboratorio que ni siquiera los propios vascos utilizan?; ni los propios separatistas lo saben (recordemos los casos de Ignacio Anasagasti y Juan José Ibarreche).

Como suele ser habitual en todos los documentos de los sediciosos, el comunicado del Consejo de Administración de EiTB apela a la Europa sublime para justificar la reanudación de las emisiones de ETB en Navarra, puesto que, afirma literalmente, les ampara el derecho europeo y el Consejo de Europa, ya que los vascos constituyen «una comunidad con lengua minorizada» que tiene todo el derecho a recibir «información de la realidad vasca y a desarrollar una protección especial en cualquier lugar que residan». Anticipo del anchsluss de Navarra a cargo del separatismo vasco, para formar su delirio de Euskal Herria, bajo el argumento de que en ella residen vascos…

Desde la Fundación Denaes celebramos este apagón de la televisión vasca en Navarra, verdadero ejemplo de telebasura fabricada al servicio de los bastardos intereses del separatismo vasco, cuyos objetivos se resumen en los nada santos de estos sediciosos: ir avanzando en la senda de formar su delirante Euskal Herria a través de la conformación de una audiencia normalizada y sumisa a la hora de aceptar sin rechistar la anexión separatista de Navarra, ahora con un gobierno claramente cómplice del separatismo dirigiendo la comunidad foral. Vista la sanción aplicada por el Ministerio de Industria, parece que el camino para semejante sedición no será tan sencillo como parecía.

Fundación Denaes, para la Defensa de la Nación Española.