La Voz de Barcelona

La apuesta desacomplejada que, en los últimos años, ha planteado CiU para instigar a los sectores más nacionalistas de la población situando el debate de la independencia de Cataluña en el centro de la agenda mediática con el objetivo de obtener réditos electorales está generando un aparente clima de prerrevolución -al menos, así lo transmite la prensa subvencionada- con algunas situaciones insólitas.

Un ejemplo de ello es la tertulia que ha organizado Òmnium Cultural con el título ‘Cuando seamos independientes, ¿qué medios querremos?’. En la mesa redonda han intervenido la estrella de RAC1, Jordi Basté; el empresario y humorista Miquel Calçada Mikimoto; la ex directora de TV3 y editora de Ara, Mònica Terribas, y el fundador y máximo responsable de Mediapro, Jaume Roures, todos ellos nacionalistas confesos que han desarrollado sus exitosas carreras y han edificado sus fortunas a la sombra del poder.

La principal preocupación, obligar a las televisiones a emitir en catalán

Durante el debate, los participantes han mostrado sus augurios y sus propuestas ante una hipotética secesión de Cataluña, y han explicado cuál sería el escenario que se encontrarían los medios de comunicación no adscritos al ideario nacionalista en una hipotética Cataluña independiente.

Es especialmente revelador el debate sobre cómo se debería regular el uso de la lengua en los medios de comunicación tras el ‘proceso de liberación’ -en palabras de la entidad organizadora-. Calçada ha dado algunas pistas al respecto:

“A mí me parece que toda la gente que está operando actualmente lo ha de poder continuar haciendo, siempre que se ajuste a una determinada normativa, que es en la que nos hemos de poner de acuerdo. Y si se decide que el catalán es la única lengua oficial, pues tú en la normativa puedes poner eso. Para entendernos, Antena 3 podrá continuar emitiendo como quiera, desde donde quiera y en el idioma que quiera, pero para emitir desde aquí para el territorio catalán se tendrá que adaptar a la normativa”.

Roures, por su parte, se mostrado más escéptico sobre la posibilidad de poder imponer ese tipo de normas:

“No tienes ningún mecanismo para hacerlo cumplir salvo que vayamos a una política represiva. Si no cumplen, ¿qué haces? ¿Les cortas la emisión? En pleno siglo XXI se pueden saltar las fronteras emitiendo desde fuera de tu territorio”.

Calçada ha respondido señalando que “como Estado te has de poder poner de acuerdo con el Estado de al lado, y de la misma forma que desde la montaña de allí pueden emitir lo que quieran sobre tu territorio, tú también puedes emitir sobre su Estado“. “Por tanto, eso no me preocuparía. Sí que me preocupa más bien de qué forma haríamos esta transición del actual statu quo a una Cataluña independiente; es decir, cómo llevaríamos a estos operadores hacia donde queremos”, ha añadido.

Terribas ha propuesto una fórmula para obligar a las televisiones a emitir en catalán:

“Actualmente el Gobierno [autonómico] catalán está pagando el 100% de lo que cuesta a los operadores privados españoles [no catalanes] emitir en Cataluña. De la misma forma que ahora les estás pagando esta infraestructura, esto es reversible“.

Basté, en cambio, ha sido más conciliador y ha asegurado que esta cuestión dependerá de la manera en que se consiga la secesión, una hipótesis que ha augurado que será de buenas formas y permitirá una buena relación entre ambas partes.

Roures se ha mostrado en desacuerdo y ha señalado que, si actualmente ya hay problemas, “imagínate con el rebote que tendrían a causa de la independencia”. Y Terribas ha vaticinado que esas malas relaciones no se normalizarían hasta pasada una generación porque “la reacción de España será culturalmente muy heavy“.

Para argumentar su posición, la ex directora de TV3 ha señalado que la serie Serrallonga, una coproducción entre TVE y TV3, nunca se ha emitido por la cadena nacional, y que Antena 3 decidió doblar dos veces la serie Pulseras Rojas porque en el primer caso, realizado por los propios actores, “había alguna cosa que sonaba demasiado catalán”.

“Tendremos que inyectar más dinero en la televisión pública”

Roures también ha destacado que en la supuesta Cataluña independiente TV3 debería ser más fuerte, y Terribas ha subrayado que será “brutalmente más necesaria”. Basté se ha mostrado de acuerdo:

“Cuando consigamos la independencia tendremos que inyectar más dinero en la televisión pública, entre otras cosas porque no habrá televisión privada que pueda conseguir los derechos de la Champions“.

Respecto a la viabilidad de un mercado televisivo privado, Terribas ha señalado que “el sector privado actualmente está condicionado por el hecho de tener un escaparate de negocio mucho más atractivo que es España desde el punto de vista económico y competitivo”. “Por tanto, la oferta privada no se ha planteado como un objetivo vital crear un mercado privado catalán potente porque tiene un mercado más amplio al lado que le ofrece la posibilidad de conseguir mucho dinero. Pero el día que seas un Estado, eso cambiará“, ha vaticinado.

Calçada también ha considerado que sería un mercado sostenible, elevándolo hasta los “ocho o nueve millones de habitantes, porque habrá gente del País Valenciano que también querrá ver estas televisiones privadas que se hacen aquí”. “Si los operadores españoles quieren poder emitir aquí, se puede negociar para que los catalanes también se vean en el País Valenciano y las Islas Baleares”, ha planteado.

Mantener las subvenciones a la prensa escrita

Terribas ha subrayado la importancia de que el operador privado “trabaje en la industria propia [de Cataluña], no sobre la alimentación de la industria del otro Estado [por el resto de España]“.

Por último, en relación a la prensa escrita, Roures y Terribas han destacado la necesidad de que se sigan otorgando subvenciones para la ‘normalización’ del catalán. Si bien, ambos han estado de acuerdo en que serían necesarios más controles sobre las ayudas.