No rechazaría que se incluyese en el Preámbulo del nuevo texto una referencia al «carácter nacional» de Galicia, entendida como sinónimo de «nacionalidad histórica»


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JOSE LUIS JIMÉNEZ. SANTIAGO.

Alberto Núñez Feijóo no situará el debate «identitario» de Galicia -el título del «carácter nacional» de la Comunidad- como un obstáculo insalvable para la consecución del nuevo Estatuto. Dado que a la hora de exigir un mayor techo competencial se seguirá la senda ya emprendida por otras autonomías, el PP plantará batalla en la consecución de un marco financiero propicio y, sobre todo, en el pago de la «deuda histórica» que el Estado tiene con Galicia a través de una inversión efectiva de 2.500 millones de euros durante el próximo lustro que garantice las grandes infraestructuras para 2012.

Según explicaron a ABC fuentes de la dirección del PP tras la sesión extraordinaria de la Cámara gallega que ayer debatió la reforma del Estatuto, lo prioritario para el PP es que la Comunidad «no pierda dinero» y mantenga su condición de Objetivo 1, a través de una cláusula de garantía de mínimos, otra de solidaridad. y fondos específicos para afrontar la dispersión poblacional y las necesidades del colectivo emigrante.

«Nos sentaremos a hablar»

Una vez que se garantice que en el Estatuto que Galicia podrá disponer de inversiones estatales cuantificadas y mantendrá los fondos europeos y del Fondo de Cooperación Interterritorial hasta que converja con la media nacional, el PP no rechazaría que se incluyese en el Preámbulo del nuevo texto una referencia al «carácter nacional» de Galicia, entendida como sinónimo de «nacionalidad histórica». «Si se garantizan las inversiones que pedimos y está todo el Estatuto cerrado a falta del debate identitario, nos sentaremos a hablar», indicaron estas fuentes.

En el debate de la «deuda histórica», los tres grupos coincidieron en reconocer su existencia, si bien divergieron a la hora de plantear su cobro al Estado. Socialistas y nacionalistas defendieron la fórmula incluida en su pacto de gobierno, donde se reclama al Gobierno el 8 por ciento de las «inversiones estatales territorializables» durante los próximos diez años, que según Touriño es «la mejor fórmula». Por su parte, el PP planteó una propuesta más ambiciosa y con objetivos claros: autovías y alta velocidad.

Donde no hubo mayores diferencias fue a la hora de asumir la demanda de un nuevo techo competencial para la Comunidad, cifradas por el bipartito en setenta puntos, a los que los populares añadieron una «doble cláusula de nacionalidad histórica», por la que Galicia pueda asumir «cualquiera de las competencias que la Constitución no reserva al Estado y reclamar cualquiera que se transfiera a otras Comunidades».