El uso sistemático de la noción Estado español para nombrar cosas que no son el Estado español, que sólo es el aparato administrativo, se ha utilizado para no decir España.


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«Algunos en este país no se acostumbran a que existan opiniones distintas»

El catedrático de comunicación alerta de que «las jergas en los medios son peligrosas porque crean ideología»

MANU RUEDA m.rueda@diario-elcorreo.com/BILBAO

El catedrático de comunicación audiovisual Santos Zunzunegui, que ayer participó en las Jornadas de Aldaketa ‘Historia e identidades nacionales’, admite la inexistencia de la objetividad, pero cree, «al menos», en la «voluntad de informar con una cierta honestidad».

 ¿Qué papel juegan hoy en día los medios de comunicación en Euskadi?

 Muy importante. Porque, de alguna manera, el imaginario de la población se construye a través de los medios de comunicación. No creo que el papel de los medios sea tanto el de dar información a la gente como el de darle instrumentos para pensar la realidad. Y, desde ese punto de vista, es fundamental.

 En los últimos años se han multiplicado las tertulias.

 Últimamente han irrumpido dos fenómenos: las tertulias y los confidenciales. Las tertulias permiten dar la palabra a cualquiera, por lo que deterioran muchísimo la calidad de la información. Sustituyen la información por el ‘me parece’, por un cierto cotilleo, no hay que probar nada, uno está autorizado prácticamente a pensar en voz alta. En un momento en que necesitaríamos más que nunca un periodismo frío, que se toma tiempo para organizar la información, la reflexión, las tertulias, por el contrario, son el reino de lo caliente, de lo primero que se pasa por la cabeza. Eso no es nada bueno. Los confidenciales también tienen que ver con la emergencia del rumor como noticia. La noticia ya no es algo que se busca contrastar, basta que alguien diga algo para que automáticamente sea un titular.

 Aunque la objetividad no exista, sigue siendo el referente.

 Yo también creo que la objetividad no existe, pero lo que existe es la voluntad, al menos, de informar con una cierta honestidad. Si tuviera que cifrarla en una fórmula utilizaría la de enfriar la información. De forma que lo que se cuenta sea algo que está puesto en el nivel de relevancia que le corresponda.

 ¿Sería recomendable incluir en la enseñanza el aprender a utilizar y discriminar la información?

 Sin duda. Eso es fundamental. Hay que formar a la gente en criterios. La enseñanza es el instrumento que tiene cualquier persona para poder discernir cuándo está realmente ante algo que es importante o no.

 Los lenguajes, las jergas que se utilizan en los medios, ¿son necesarios? Hasta hace poco palabras como ‘proceso’, ‘carriles’… tenían un significado diferente al que se les atribuye hoy en día.

 Las jergas son extremadamente peligrosas porque crean ideología. Un ejemplo: el uso sistemático de la nación Estado español para nombrar cosas que no son el Estado español, que sólo es el aparato administrativo, se ha utilizado para no decir España. Aparentemente es nimio. En la práctica, es una de las cosas que ha contribuido a la instauración de una cierta ideología antiespañola. En la medida que se repiten como fórmulas tienen un efecto extremadamente pernicioso a largo plazo.

 El pasado fin de semana han vuelto a repetirse las amenazas contra varios medios de comunicación.

 Creo que tiene que ver con una dinámica que costará mucho desterrar, que es que determinadas opciones políticas en este país no acaban de acostumbrarse a que existan opiniones distintas y que sean reflejadas e, incluso, asumidas por partes muy importantes de la población en algunos casos.