Estimados amigos:

La actualidad de nuestra nación sigue siendo protagonizada por quienes son sus enemigos declarados y constituyen una amenaza explícita y formal contra España. Así, recientemente hemos conocido que el empresario Manuel Nevot, que se mostró rebelde ante la imposición de rotular en catalán todo su negocio y a quien los tribunales de Cataluña le denegaron el derecho a usar sólo el español en su negocio, volverá a recurrir la sentencia mediante la ayuda de Convivencia Cívica Catalana.

Mientras, al finalizar el pasado mes de febrero, volvieron las consultas soberanistas en Cataluña, similares a las celebradas anteriormente en los meses de septiembre y diciembre, de las que ya tuvimos ocasión de hablar. En concreto, 80 poblaciones permitieron la colocación de urnas en 261 colegios electorales para ese referendo ilegal, que constituye una muestra del constante expolio, aunque sea formalmente en este caso, que caracteriza al nacionalismo separatista, en tanto que pretende con votaciones puramente locales decidir sobre un asunto que compete a todos los españoles, como es la segregación de un territorio sometido a la soberanía de la Nación.

Asimismo, apenas una semana después, se presentó un cortometraje donde se representaba el presunto día después de la independencia consumada de Cataluña —con alusiones explícitas a los referendums ilegales ya nombrados como comienzo de este Estado— y convertida en Nación, en el marco de un acto independentista en Sabadell, apoyado por un antiguo vocal del Consejo General del Poder Judicial, Alfonso López Tena. El vídeo representa un «estado catalán» con su propio ejército y reconocido internacionalmente, cuyo presidente saluda a su homólogo el presidente de la Nación Española, algo que comienza a sonar muy real cuando tomamos en cuenta el Preámbulo del Estatuto de Cataluña, que reconoce la categoría de «Nación» a esa autonomía española, y también las «cumbres bilaterales» que España y la autonomía de Cataluña celebran periódicamente.

Por último, no hemos olvidar la famosa e insólita campaña publicitaria de rótulo «Esto sólo lo arreglamos entre todos», en clara alusión a la crisis económica, auspiciada por la Fundación Confianza y teñida de ese optimismo antropológico tan caro al gobierno socialista de España. Apoyada e integrada por el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, junto a dieciocho grandes empresas del país, anima a realizar un esfuerzo extra que nos permita salir de la crisis económica. Sin embargo, pese a las buenas intenciones que pueda albergar la campaña, no cabe pensar, salvo desde un panfilismo ciertamente preocupante, que la mera suma de esfuerzos, dejando a quienes han provocado la crisis en sus puestos, provocará una salida anterior o simplemente una salida de ella. Incluso podría decirse que esta pánfila campaña recae en la mala fe, pues quienes tienen auténticos medios para salir de la crisis son quienes ostentan a día de hoy las magistraturas.

Este panfilismo, lo que es aún más grave, no sólo se manifiesta en cuestiones más o menos coyunturales como la crisis económica, sino también encubre la amenaza secesionista que se cierne sobre España. En consecuencia, el propio panfilismo del gobierno de España se convierte en una amenaza implícita a la Nación Española.

«Ahora bien, si el secesionismo y el federalismo suponen una amenaza para España (la amenaza de su fragmentación) siendo su implantación un hecho político, lo que llamamos panfilismo (gr. amigo de todo) es quizás la mayor amenaza que se cierne sobre España, en cuanto que, precisamente, niega, disimulándolo, el hecho político de la implantación secesionista: y es que es el panfilismo lo que proporciona solvencia a la amenaza secesionista, precisamente por negarla o encubrirla (a veces es encubierta dibujando al secesionismo como aspiración, «en realidad» federalista, dice el pánfilo).

Es decir, lo que hace que la amenaza secesionista represente un verdadero peligro para España es que permanezca oculta, encubierta por el panfilismo. …] En una palabra, el panfilismo es aún más solvente como amenaza porque niega (no reconoce ni admite) la amenaza secesionista (no ya sólo su solvencia) dirigida contra España». (Santiago Abascal y Gustavo Bueno, [En defensa de España. Razones para el patriotismo español, páginas 172-173)

Ante esta situación cabe plantearse las siguientes cuestiones:

¿Cómo ampliar la resistencia cívica ante la imposición lingüística, más allá de medios judiciales?

¿De qué manera se puede combatir el panfilismo que encubre las amenazas que se ciernen sobre la Nación Española?

Ciudades donde se va a celebrar este Observatorio: Santander, La Coruña, Oviedo, Madrid, Zaragoza, La Línea de la Concepción (Cádiz), Alcalá de Henares (Madrid), Majadahonda (Madrid), Collado Villalba (Madrid) y Sevilla.