Estimados amigos:

El pasado 12 de octubre se celebró el Día de la Hispanidad, Fiesta Nacional de España y en consecuencia también de las repúblicas hispanoamericanas vinculadas histórica y culturalmente a la Nación Española. Efeméride que conmemora el 12 de Octubre de 1492, fecha en que América es descubierta y comienza la expansión de la cultura y la lengua españolas por todo el planeta, proceso que aún prosigue en la actualidad.

Con motivo de tan importante festividad, la Fundación DENAES realizó un acto en Sevilla homenajeando a las víctimas del terrorismo de ETA y a la Guardia Civil, aprovechando que el día coincide con la festividad de la Virgen del Pilar, Patrona del instituto armado. La enseña nacional engalanó el acto, en una muestra de sentimiento patriótico de los asistentes, por encima de adscripciones partidistas o procedencias geográficas. Es de destacar que precisamente el benemérito instituto ha sido últimamente objeto de enconados ataques por parte de asociaciones para la recuperación de la denominada memoria histórica, que no tuvieron mejor ocurrencia que exigir la desaparición del lema Todo por la Patria que engalana todas las fachadas de los cuarteles de la Guardia Civil, buena prueba del objetivo antiespañol que anima a estas organizaciones.

La importancia de esta efeméride contrasta con la situación que vive la Nación Española, amenazada en su integridad territorial por los nacionalismos disgregadores, el terrorismo separatista de ETA o los estatutos de autonomía secesionistas, así como por los partidos extravagantes que usan de la amenaza constante de la disgregación de España para condicionar su apoyo a los presupuestos de la Nación Española, como vimos en el caso del PNV durante la reciente aprobación de las cuentas del próximo año 2010. Todo ello añadido al desprecio que en España sufren los símbolos de la Nación, desde la ausencia de la bandera de España en muchas instituciones públicas hasta el abucheo contra el Himno Nacional Español, como tuvimos ocasión de comprobar en la final de la Copa del Rey de fútbol. Hecho además tolerado por la Audiencia Nacional, en lugar de sancionar el delito de ultraje a España realizado entonces.

No olvidemos tampoco que el principal rasgo que caracteriza a la Hispanidad, una vez rota su unidad representada en el Imperio Español, es la lengua española, hablada por cuatrocientos millones de personas en todo el mundo, y que los nacionalismos separatistas pretenden borrar y proscribir en distintos lugares de España mediante las políticas de inmersión lingüística. Este mismo mes tuvo lugar en Galicia una manifestación a favor de la citada inmersión lingüística en gallego, a la que asistió un personaje tan importante como el Ministro de Justicia, Francisco Caamaño, lo que muestra la gravedad de esta situación, en tanto que supone la negación de la lengua común a todos los españoles. Como señala nuestro ideario:

«En efecto, desaparecido oficialmente, que no realmente, el español como idioma común de España, ya se puede hablar del gallego, el catalán, el vascuence —y así lo hace la legislación inducida por el nacionalismo secesionista—, como de “idiomas propios” de determinadas regiones, haciendo, abusivamente, de la “propiedad” sinónimo de exclusividad. Es decir, se da por bueno el que, por ejemplo, el catalán sea el “idioma propio” de Cataluña sobreentendiendo que no hay más “lenguas propias” de Cataluña que el catalán, y sobreentendiendo también, a su vez, que las regiones en las que sólo se habla español (“castellano“, oficialmente) carecen de “idioma propio” por ser oficial solamente el idioma común. Ambos presupuestos, convenientes para el separatismo rampante español, carecen de justificación lógica» (Santiago Abascal y Gustavo Bueno, En defensa de España. Razones para el patriotismo español, página 61).

Ante esta situación cabe plantearse las siguientes cuestiones:

¿Cómo superar la cerrazón ideológica de quien pretende hablar una lengua vernácula y negar la importancia de una lengua como el español?

¿Qué medidas han de tomarse para evitar el constante chantaje secesionista que los distintos gobiernos nacionales han sufrido en el marco de la Constitución de 1978?

¿Es posible la existencia de una memoria histórica común que aglutine una visión completa de la Historia de España, sin sectarismos ideológicos ni divisiones autonomistas?

Ciudades donde se va a celebrar este Observatorio: Santander, Oviedo, Caravaca (Murcia), Madrid, Valencia, Zaragoza, La Línea de la Concepción (Cádiz), Alcalá de Henares (Madrid), Majadahonda (Madrid) y Sevilla.