En esto consiste en realidad la gran revolución que estamos viviendo: en que el Gobierno ha empezado a demoler el Estado.


esp8.jpgCada vez está más claro que nos hallamos inmersos en un proceso general de redefinición del Estado: el deshilachamiento del Estado de las Autonomías, la negociación con ETA y la ruptura de los pactos constitucionales son, en el fondo, un mismo movimiento. La España constitucional ha venido teniendo dos enemigos: el terrorismo y el secesionismo. Hasta ahora, la respuesta del Estado había sido siempre la misma, así desde la izquierda como desde la derecha: contra el terrorismo, combate policial; contra el secesionismo, integración de los partidos nacionalistas en el marco autonómico. Pero el Gobierno Zapatero ha cambiado el signo de las respuestas: frente al terrorismo, se opta por el apaciguamiento a través del diálogo; frente al secesionismo, se prefiere la alianza con los nacionalistas para desbordar el Estado de las Autonomías. En esto consiste en realidad la gran revolución que estamos viviendo: en que el Gobierno ha empezado a demoler el Estado. Y entre un Gobierno demoledor y un Estado demolido, ¿dónde queda la nación? De momento, aún en pie.