En el actual contexto de desgarro de la unidad nacional, el gesto del parlamento balear tiene algo de sobrepuja en la subasta.


jaume.jpgEl Parlamento balear (mayoría PP) ha definido a las islas como “nacionalidad histórica”. Las Baleares poseen un largo linaje: desde Jaime I forman parte de la Corona de Aragón; con Fernando el Católico se fusionaron en la monarquía hispánica. Historia, pues, nadie les negará. Pero ¿nacionalidad?

El episodio ilustra las dificultades del PP para mantener una posición coherente en el maremágnum territorial desatado por Zapatero. La fórmula “nacionalidad histórica” es rigurosamente constitucional, al contrario que esa de “realidad nacional” avalada por los socialistas en Cataluña y Andalucía; además, permite a las Baleares afirmar su identidad frente al expansionismo catalanista. Ahora bien, el término “nacionalidad”, ya de por sí poco riguroso, fruto de los debates de la transición, no preveía su aplicación a las Islas. En el actual contexto de desgarro de la unidad nacional, el gesto del parlamento balear tiene algo de sobrepuja en la subasta.

Las Baleares, como otros territorios españoles, poseen una rica historia y una identidad singular; pero eso no las hace “nacionalidad”. En rigor, la nacionalidad histórica de las Baleares es España: la nación española. ¿Tanto cuesta levantar esa bandera?