Bajo el manto de España y sus leyes, todos han podido hablar y hacer política, incluso quienes han empleado la ley para atacar a España.


10m_019.jpgLa campaña del referéndum catalán se está desarrollando en un insólito clima de coacción y violencia. Esto no había pasado nunca en Cataluña. La violencia se dirige específicamente contra un sector: el de quienes defienden la Constitución Española. Esto sí había pasado antes en otro sitio: en el País Vasco. Cataluña es ahora un lugar donde no se puede hablar libremente si es para defender a España. La mayoría social-nacionalista ha creado unas condiciones incompatibles con la democracia.

Este nuevo clima catalán demuestra, como ya se vio en el País Vasco, que la libertad de los ciudadanos está mejor garantizada con la nación española que con los nacionalismos periféricos. Bajo el manto de España y sus leyes, todos han podido hablar y hacer política, incluso quienes han empleado la ley para atacar a España. Por el contrario, allá donde la presencia de España ha retrocedido, allá donde el nacionalismo local se ha hecho hegemónico, la libertad ha empezado a verse constreñida. La experiencia de treinta años de democracia es inequívoca: cuando retrocede España, retrocede la libertad. Como está ocurriendo en Cataluña.