000000101522.jpgEl Gobierno se está equivocando. No es sensato despreciar con tan arrogantes modos las concentraciones populares contra su política de acercamiento a ETA. Quien se está echando a la calle para reivindicar la dignidad nacional no es “la derecha”; es la sociedad, el pueblo, la gente, la nación. Y si se da la circunstancia de que la defensa popular de la justicia y la dignidad se identifica con la derecha, eso debería hacer reflexionar a la izquierda: algo estará haciendo mal.

Nunca ha sido bueno para un Gobierno desoír la voz de la calle. En España tenemos ejemplos recientes de ese error. El Presidente debería saberlo, porque entonces quien estaba en la calle era el propio Zapatero. En democracia, cuando un político se encastilla en Palacio, los muros de las fortalezas se vuelven de papel. Es sabido que todos los gobiernos terminan cayendo en la prepotencia. Dicen que es el fruto inevitable de demasiados años en el poder. Pero al Gobierno Zapatero le ha entrado la prepotencia en un tiempo récord.