Tanto en las negociaciones con ETA como en el proceso del 11-M, los ciudadanos tienen fundadísimas razones para sospechar que el Gobierno está ocultando la verdad.


11m.jpgMañana sábado, en Madrid, no nos manifestaremos sólo contra cualquier cesión a ETA; también exigiremos saber toda la verdad sobre los crímenes del 11-M. A falta de mayores certidumbres, entre el terrorismo de ETA y los atentados del 11-M hay al menos tres puntos comunes. Uno: ambos se dirigen contra ciudadanos españoles por el hecho de ser españoles. Dos: ambos pretenden debilitar, destruir, aniquilar no a unas personas concretas, sino a España como conjunto histórico y político, como país. Tres: tanto en las negociaciones con ETA como en el proceso del 11-M, los ciudadanos tienen fundadísimas razones para sospechar que el Gobierno está ocultando la verdad.

No se puede defender la democracia ocultando la verdad a los ciudadanos. No se puede defender a la nación desprotegiendo a los nacionales. No se puede defender al Estado perjudicando a quienes lo sostienen. Ningún Gobierno tiene derecho a mistificar al pueblo. Por eso el pueblo estará el sábado en la calle. El pueblo, que en democracia es la nación.