Aquí defendemos la unidad de esa nación española. Lo cual no es nacionalismo; es patriotismo.


espanahf7.jpgEspaña es una nación. Hay una conciencia política española desde la alta edad media y hay una estructura política plenamente nacional desde hace medio milenio. Aquí defendemos la unidad de esa nación española. Lo cual no es nacionalismo; es patriotismo.

La nación es una realidad; sin duda mudable, sometida a la historia y sus vaivenes, siempre dependiente de los hombres que la construyen a través de las generaciones, pero real, material, con existencia física. El nacionalismo no es una realidad; es una doctrina, una ideología. Como toda doctrina, su validez queda supeditada a los contextos históricos en los que vive. El nacionalismo es una doctrina que reduce todas las variables de la vida pública –las personas, sus creencias, su trabajo, las comunidades, su cultura- a la dimensión de la nación. Nosotros no somos nacionalistas porque pensamos que la vida pública de las personas no puede reducirse a la nación, pero sí amamos a la nación –a nuestra nación- y creemos que ésta, en su variedad, en su pluralidad, en su libertad, merece seguir existiendo. A eso no lo llamamos nacionalismo; a eso lo llamamos patriotismo.