ETA tiene ya la iniciativa; gracias a la pasividad del Gobierno Zapatero.


El mes de agosto ha confirmado las peores previsiones en el País Vasco: el mundo de ETA ha proseguido sin trabas su ofensiva política, todo indica que la banda no ha dejado de rearmarse ante la pasividad gubernamental y, al mismo tiempo, no faltan encuestas para empezar a jugar con la idea de que la independencia no sería un hecho traumático. ETA tiene ya la iniciativa; gracias a la pasividad del Gobierno Zapatero.

Habrá que repetir una vez más lo obvio: todos deseamos que la violencia y el chantaje sean desterrados de la vida pública española, pero nadie en su sano juicio puede creer que tal objetivo se conseguirá legalizando a los violentos, aceptando sus reclamaciones, dando carta de naturaleza política a los ejecutores del chantaje y la coacción. La impresión que todo esto ofrece es, una vez más, la de un Gobierno dispuesto a transigir hasta donde se le exija con tal de poder ofrecer “la paz” como reclamo electoral. El inconveniente es que, a cambio de “la paz”, hallaremos a los violentos en posición dominante. Y eso no se llama paz: se llama rendición.