Fue un levantamiento de Barcelona en nombre de España.


El nacionalismo catalán celebraba ayer, 11 de septiembre, su “Diada”: una conmemoración tergiversada que hoy nos presentan como levantamiento de Cataluña contra España, pero que nunca fue tal. El 11 de septiembre de 1714 las tropas borbónicas tomaron Barcelona en el marco de la Guerra de Sucesión entre Felipe de Anjou y Carlos de Habsburgo. Felipe, ya Felipe V, había jurado años atrás los fueros catalanes e incluso los había ampliado. Sin embargo, dos agentes barceloneses pactaron en secreto con Carlos por razones que la Historia aún no ha terminado de elucidar. Carlos asedió y tomó la ciudad, convirtiéndola en su capital. Felipe lo consideró una traición, puso sitio a Barcelona y terminó conquistándola. En aquella tesitura, el conseller en cap de la ciudad, Rafael Casanova, encabezó la resistencia: lo hizo envuelto en la bandera de Santa Eulalia y “por el rey, por su honor, por la patria y por la libertad de toda España”. El jefe militar de la ciudad, Villarroel, había proclamado: “Por nosotros y toda la nación española combatimos”. Esa es la verdad histórica del 11 de septiembre de 1714: fue un levantamiento de Barcelona en nombre de España. En este paisaje, los nacionalistas catalanes son unos intrusos. Y su fiesta, una impostura.