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Queridos amigos;

Quiero comenzar mi intervención agradeciendo a la Comunidad de Madrid su inestimable colaboración en la realización de este acto y el apoyo institucional que siempre ha brindado a la Fundación para la defensa de la Nación Española.

Y queremos manifestar nuestra gratitud, de modo especial, a su Presidenta, Doña Esperanza Aguirre, cuya presencia entre nosotros certifica bien a las claras, una vez más, su pasión por España y su patriotismo sin complejos.

Deseo que mis primeras palabras sean también para aquellos españoles que hoy no pueden estar con nosotros, para los ciudadanos asesinados por los terroristas, y también para quienes habiendo padecido su tortura y su zarpazo hoy sí están con nosotros, convertidos en testimonio vivo del martirio al que se ha sometido al pueblo español durante cuatro décadas.

Gracias Conchita Martín que hoy generosamente presentas este acto, gracias Juan Antonio García Casquero y Ángeles Pedraza, actuales presidente y vicepresidenta de la AVT, y gracias Ana María Vidal Abarca y José Antonio Ortega Lara, miembros del jurado de estos premios.

Y permítanme la licencia de saludar con todo el cariño y admiración a una auténtica amiga para mí, a una española ejemplar: María San Gil. María, gracias por acompañarnos.

OBJETIVOS FUNDACIONALES DE DENAES

La Fundación para la defensa de la Nación Española, en su tercer año de vida, pretende con esta entrega de galardones dar cumplimiento a sus objetivos fundacionales y engranar una vez más el verdadero motor que anima nuestra actividad , convertirse:

 “en punto de encuentro de cuantos ciudadanos, de cualquier lugar de nuestra geografía, sin perjuicio de sus diferentes planteamientos ideológicos, quieran reivindicar su condición de españoles y su identificación con ese proyecto nacional, histórico, político y cultural común, de primer orden, que se llama España”.

Para ello la Fundación DENAES tiene el objetivo y la determinación de “aunar voluntades, liderar la sociedad civil en defensa de la Nación Española y fortalecer nuestras instituciones políticas y jurídicas comunes”

Desgraciadamente, en los pocos años de vida de nuestra fundación, hemos tenido que consolidar nuestro ser desde la certeza de que las dificultades y encrucijadas que atraviesa España como nación requieren cada vez de un esfuerzo colectivo mayor, como el que sin duda han desarrollado nuestros españoles ejemplares de esta ocasión.

SITUACIÓN DE ESPAÑA

Tales circunstancias constituyen un peligro real -en absoluto imaginario- para la Nación desde el mismo momento en que, para una parte de la ciudadanía española, España, lo español, es una error de la historia, una fatal circunstancia que les lleva a abjurar de su nación fingiéndose parte de naciones tribales, de Europa o de “la Humanidad”, pero nunca de España.

Diríase que todo lo que recuerda a España, desde los símbolos hasta la lengua, desde su historia hasta su mera existencia, ha sido reducido, en esta ideología, a una ruina de la que molestan incluso los escombros.

Hemos visto demasiadas veces postergada nuestra bandera, incluso en las instituciones públicas de buena parte de España, hemos asistido a la normalización del delirio secesionista, a su asimilación por la ciudadanía; hemos visto cómo los crímenes, la extorsión, la expulsión de los españoles de su lugar de nacimiento, la discriminación de la lengua común española, se han convertido en parte de la vida cotidiana en la España democrática.

Y en este proceso disgregador, diseñado por los secesionistas al calor muchas veces de nuestras propias omisiones, los españoles hemos levantado barreras entre nosotros, hemos terminado por enfrentarnos por el agua, por las competencias, por el idioma.

El vaciamiento del estado ha llegado al límite de unas reformas estatutarias en las que las comunidades autónomas reclaman la bilateralidad, como si ya fueran, de hecho, naciones soberanas.

Pues bien, esta enfermedad letal necesita un contraveneno. Éste es el reto que asume la Fundación para la defensa de la Nación Española.

DEFENSA DE LA NACIÓN ESPAÑOLA Y PATRIOTISMO

Defensa de la Nación que no se ampara, ni mucho menos se fundamenta, en la nostalgia de glorias de pasados imperiales, ni siquiera en nuestros nobles deseos, tampoco en trincheras metafísicas de Españas eternas. Ni solo en una Historia en la que encontramos extraordinarias razones para sentirnos orgullosos.

Nuestra defensa de la Nación es la defensa de los ciudadanos, de los iguales, de sus derechos y libertades, así cómo de la necesidad de que España suene con voz clara en el concierto de las naciones.

No hemos sabido ser patriotas modernos, del siglo XXI, -como los que veíamos con envidia estos días al otro lado del Atlántico. Hemos sido patriotas hemipléjicos, hemos sustentado nuestro patriotismo o solo en la sentimentalidad de la historia, o solo en la frialdad de una norma constitucional. Es hora de que, con el corazón y con la razón, abracemos el futuro común de España, y dotemos a nuestra nación de un proyecto atractivo y duradero.

PREMIOS ESPAÑOLES EJEMPLARES

Reivindicamos un patriotismo moderno, desde el que hoy podemos distinguir el gesto valiente o el anuncio magnífico de unas empresas extranjeras como Air Berlin o Nike respectivamente, el compromiso cívico de una institución católica como la Fundación CEU- San Pablo, el pluralismo y línea editorial de un programa como el El Gato al Agua, o la producción teatral de un director como Juan Carlos Pérez de la Fuente.

Este año no sólo premiamos la tarea individual de los ciudadanos que han defendido a su nación en su actividad diaria; también queremos premiar a instituciones que por mero sentido común, o como resultado coherente con sus principios, han dado ejemplo de patriotismo.

Al premiar a instituciones sociales y empresariales, DENAES quiere mostrar la necesidad de que la lucha por la defensa de la Nación no sea únicamente una tarea dependiente de la buena voluntad individual, de la interiorización subjetiva del amor a la Patria, sino, fundamentalmente, una construcción social imbricada en las necesidades de las propias instituciones y de la solidez del proyecto común de España.

CONCLUSIÓN

Concluyo releyendo un breve párrafo del libro editado por la Fundación Denaes y titulado “En defensa de España, Razones para el patriotismo español”:

“Nuestra Patria, la común a todos los españoles, se merece una buena defensa, y no hay nada peor para el reo que un mal abogado. No hay peor filosofía que la fe del carbonero. Procurar una defensa puramente sentimental de España, si es que esto es posible, sólo conlleva al enfrentamiento sentimental (que sólo se resuelve con la fuerza de sentimientos opuestos) (…)No es la buena voluntad la que nos mueve… sino la razón”.

Muchas gracias a todos por su asistencia. Tiene la palabra Don Fernando García de Cortázar, presidente del jurado de la segunda edición de los premios “españoles ejemplares”.